viernes, 22 de abril de 2011

Decálogo para "Mal- Educar" a su hijo.

1- Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que le pida. Así crecerá convencido que el mundo entero le pertenece.
2- Cuando diga groserías ríaselas. Esto le hará pensar que es muy gracioso y le animará a decir palabras aún más graciosas.
3- No le de ninguna educación ético-espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente por si mismo.
4- No lo reprenda nunca ni le diga que está mal algo de lo que él hace. Podría crearle complejos de culpa. Cuando más tarde lo arresten por algún delito, se consolará pensando que la sociedad está contra ély que es víctima de una persecución.
5- Recoja todo lo que él deje tirado; ropa, zapatos, libros, juguetes,... hágaselo todo, ahórrele todo esfuerzo. Así creerá que todos están a su servicio y se acostumbrará a cargar la responsabiñidad sobre los demás.
6- Dispute y riña a menudo con su pareja en presencia de su hijo. Así no se sorprenderá ni le dolerá demasiado si algún día la familia de su hijo no sabe abordar los conflictos.
7- Dele todo el dinero que quiera gastar, no vaya a sospechar que para disponer de él es necesario trabajar. ¿Por qué dejar que el pobrecito pase los mismos pormenores que usted?
8- Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide bien que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero deje que se llene la mente de "basura".
9- Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres, no le frustre innecesariamente: La mortificación y la austeridad  le pueden crear algún trauma perjudicial.
10- Póngase siempre de su parte en cualquier conflicto que tenga con los vecinos, maestros, familiares,... Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo, que le han tomado manía y le quieren mal. Y sobre todo nunca dialogue con su hijo, no vaya a pensar que no sirve para nada y sólo lo hacen las personas débiles, que no saben buscar otras soluciones para resolver sus problemas. Porque evidentemente, las cosas hay que conseguirlas por fuerza.

Si pone en práctica estos preceptos, prepárese a llevar una vida llena de sorpresas... desagradables. Y cuando su hijo se encuentre en serios apuros, discúlpese diciendo "Nunca pude con este muchacho".

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