viernes, 1 de junio de 2012

ESTRÉS: Causas, síntomas y consecuencias.

Sólo reconociendo el estrés, sus causas, síntomas y consecuencias, podemos eliminarlo y evitar el daño que nos causa.

Podemos estar estresados y no darnos cuenta.
Podemos sentirnos mal físicamente y no saber que esas molestias estás provocada por el estrés.

Sólo reconociendo el estrés, sus causas, sus síntomas y consecuencias, podemos eliminarlo.
Cada uno de nosotros siente y expresa el estrés de manera distinta.
Por eso es importante observar que síntomas tienes y cómo te están afectando.

Uno de los principales problemas es que con frecuencia ni siquiera nos damos cuenta de nuestro nivel de estrés.

¿Por qué?

1.     Nos acostumbramos a la vida que llevamos y ya no le prestamos atención a lo que sentimos.
2.     Le quitamos importancia, porque creemos que no podemos hacer nada para cambiar lo que está pasando
En relación al primer punto, quiero contarte un experimento que se hizo en un laboratorio:

Un grupo de investigadores puso a hervir una olla con agua. Cuando el agua empezó a hervir metieron a una rana.
Ésta, al contacto con el agua hirviendo, saltó hacia fuera inmediatamente.
Así salvó su vida.

Más adelante, colocaron a la rana dentro de la misma olla, pero con agua fría. Pusieron la olla en la lumbre, con una flama muy pequeña.
El agua se calentó e hirvió lentamente.
La rana no se dio cuenta del cambio de temperatura y murió.


Cuando el estrés forma parte de nuestra vida diaria, nos acostumbramos a él.
No nos damos cuenta de cómo influye en nuestra salud y en nuestra vida en general, hasta que nos enfermamos o los problemas nos rebasan.

¿Te das cuenta cuando esto te sucede a ti?

Cada quién manifiesta el estrés de distinta manera y con diferente intensidad. Depende de las características personales, por lo que a veces no reconocemos los síntomas del estrés.
El estrés y sus manifestaciones.


Revisa los síntomas que aparecen en la siguiente lista.

¿Sientes uno o varios, con frecuencia o con mucha intensidad?
  • Opresión en el pecho.
  • Hormigueo o mariposas en el estómago.
  • Sudor en las palmas de las manos.
  • Palpitaciones.
  • Dificultad para tragar o para respirar.
  • Sequedad en la boca.
  • Temblor corporal.
  • Manos y pies fríos.
  • Tensión muscular.
  • Falta o aumento de apetito,
  • Diarrea o estreñimiento.
  • Fatiga.
  • Etc.
Estos son, sólo, algunos de los síntomas del estrés.
Algunos medicamentos o enfermedades pueden provocarlos


¿Crees que algunas de las siguientes características forman parte de tu vida en estos momentos?

Analiza cada una de ellas:

  • Inquietud, nerviosismo, ansiedad, temor o angustia.
  • Deseos de llorar y/o un nudo en la garganta.
  • Irritabilidad, enojo o furia constante o descontrolada.
  • Deseos de gritar, golpear o insultar.
  • Miedo o pánico, que si llega a ser muy intenso puede llevar a sentirnos "paralizados".
  • Preocupación excesiva, que se puede incluso manifestar como la sensación de no poder controlar nuestro pensamiento.
  • Pensamiento catastrófico.
  • La necesidad de que "algo" suceda, para que se acabe la "espera".
  • La sensación de que la situación nos supera.
  • Dificultad para tomar decisiones.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Disminución de la memoria.
  • Lentitud de pensamiento.
  • Cambios de humor constantes.
  • Depresión.
  • Etc.

Recuerda que el estrés tiene solución. Pero necesitamos saber cómo se inicia y cómo se manifiesta, para poder resolverlo.


Cuando estamos ansiosos o tensos nuestra conducta se altera, a veces sin que nos demos cuanta de ello.

¿Has notado o te han comentado que presentas algunas de estas conductas?

  • Moverse constantemente.
  • Risa nerviosa.
  • Rechinar los dientes.
  • Tics nerviosos.
  • Problemas sexuales.
  • Comer en exceso o dejar de hacerlo.
  • Beber o fumar con mayor frecuencia.
  • Dormir en exceso o sufrir de insomnio.
  • Etc.
Cuando nos damos cuenta de nuestro nivel de estrés, éste se incrementa.

Nos sentimos mal.

Tendemos a negarlo o a pensar que cualquiera estaría igual y es cierto.
Cualquier persona que esté estresado constantemente, presenta algunos de estos síntomas.

Pero sólo si reconocemos el problema y vemos como nos está facetando, podemos solucionarlo.



Algunas de las consecuencias del estrés son:

  • Ansiedad.
  • Cansancio, agotamiento o pérdida de energía.
  • Dolor en la espalda.
  • Estreñimiento o diarrea.
  • Depresión.
  • Dolores de cabeza.
  • Presión sanguínea alta.
  • Insomnio.
  • Sensación de "falta de aire".
  • Caída del cabello.
  • Tensión en el cuello.
  • Malestar estomacal.
  • Subir o bajar de peso.
  • Cambios de humor.
  • Presión de dientes o mandíbula.
  • Tomar más alcohol, tranquilizantes o otras drogas.
  • Fumar más.
  • Disminución de la autoestima.
  • Problemas en sus relaciones con los demás o en el trabajo
  • Problemas en diferentes áreas de la vida.
  • Dificultad para tomar decisiones.
  • Cambios en el estilo de vida, sin razón aparente.
  • Propensión a tener accidentes.
  • Etc.
Gripa, gastritis, colitis y úlceras, migraña, contracturas musculares, artritis, alergias, asma, diabetes mellitus, infartos, cáncer, etc., son algunas de las enfermedades que pueden estar relacionadas con el estrés.

Determina si estás estresado y cuál es tu nivel de estrés, de acuerdo a la intensidad y frecuencia de los síntomas y consecuencias antes mencionados.

No es lo mismo si te duele la cabeza o tienes problemas estomacales de vez en cuando, que si los tienes varias veces a la semana.
Es diferente si tienes un problema que te impide dormir un par de noches, que si sufres de insomnio.

Darnos cuenta de lo que nos sucede, puede angustiarnos, pero es la única puerta que nos permite salir de la oscuridad.

Recuerda las palabras de Séneca: "Cuando no sabemos a qué puerto nos dirigimos, todos los vientos son desfavorables". Por eso, para saber qué camino debemos
tomar, necesitamos primero saber en donde estamos y hacia donde queremos ir.

Imprime la lista de síntomas y manifestaciones y marca cuales están presentes en tu vida en estos momentos.
Subraya las más importantes, por su frecuencia o por su intensidad
.¿Son varios los síntomas provocados por el estrés?
¿Son frecuentes?
¿Intensos?

Si es así, ha llegado el momento de hacer algo al respecto.

Consulta con tu médico y elimina los que él considera que son resultado de una enfermedad o de algún medicamento que estás tomando.

Si tus problemas tienen solución, encuéntrala.
Si no la tienen o no depende de ti, fortalece tu organismo
con la
alimentación, relajación y ejercicios adecuados, para enfrentarlos y adquiere una nueva actitud ante ellos.

Revisa tu forma de
pensar sobre tus problemas y dificultades.

Quizás ha llegado el momento de modificar algunas
creencias o pensamientos que aumentan tu malestar.
Analiza las
causas del estrés y determina cuales son las que lo iniciaron o lo están manteniendo.
Recuerda que el estrés que se inicia en un área de tu vida puede afectar las demás.
Pero hay que "atacar" la que inició la situación que estás viviendo.
Además, no olvides que cada situación requiere una
solución diferente

domingo, 8 de abril de 2012

Aprender a comunicarse.

Un Sultán soñó que había perdido todos los dientes. Después de despertar, mandó llamar a un sabio para que interpretase su sueño. "¡Qué desgracia, Mi Señor! Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de Vuestra Majestad", dijo el sabio. "¡Qué insolencia! ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí! ¡Que le den cien latigazos!", gritó el Sultán enfurecido. Más tarde ordenó que le trajesen a otro sabio y le contó lo que había soñado. Este, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo: "¡Excelso Señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobrevivirás a todos vuestros parientes". Se iluminó el semblante del Sultán con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro. Cuando éste salía del Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado: "¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el primer sabio. No entiendo porque al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro. El segundo sabio respondió: "Amigo mío, todo depende de la forma en que se dice. Uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse. De la comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra. La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura ciertamente será aceptada con agrado.

domingo, 25 de marzo de 2012

Cascada del arroyo Vera- Salto- Marzo de 2.012.




Sembrador de abecedario. Victor Lima

SEMBRADOR DE ABECEDARIO.

PARA COLMARME LA VIDA
PARA LLENARME DE LUZ
IMITANDO A MI BANDERA
ME VOY A LA ESCUELA
DE BLANCO Y AZUL.

SIEMPRE ME DICE EL MAESTRO
CON DULCE DEJO DE AMOR:
EL FUNDADOR DE TU ESCUELA
SE LLAMA VARELA
QUIERE, QUIERELO.

SEMBRADOR DE ABECEDARIO
LIDER DEL VERBO ORIENTAL
DON JOSÉ PEDRO VARELA
PASTOR DE LA ESCUELA
JAMÁS MORIRÁ…

GRACIAS SEÑOR DON VARELA
GRACIAS SEÑOR DON JOSÉ,
DON PEDRO FIEL DE LOS NIÑOS
QUE CANTAN LA LETRA
QUE LES DIO SU FE…

CUANDO ME VOY A LA ESCUELA
DON JOSÉ PEDRO QUÉ BIEN!
SI VIERA USTED QUE CONTENTO
ME VUELA POR DENTRO
PENSANDO EN USTED…!

SEMBRADOR DE ABECEDARIO
LIDER DEL VERBO ORIENTAL
DON JOSÉ PEDRO VARELA
PASTOR DE LA ESCUELA
JAMÁS MORIRÁ.
                                                       VICTOR LIMA

Maestra. (Juan de Barro- Artiguense)

Maestra…

Temple de heroísmo
de tiempo y camino,
de campo y de cielo,
de aire y aroma en flor…

Eres sabiduría,
Ternura y encanto.
Ejemplo en tu palabra,
constancia en tu lucha.
Invencible y tenaz
En tu admirable misión
De constructora de VIDA,
de SUEÑOS y ESPERANZAS.
La HUMANIDAD perfila tu GRANDEZA
Y enriquece la DIGNIDAD de tu ALMA…

MAESTRA vives en la VIDA
Tu propia y merecida eternidad
En el corazón de tus educandos.
Salve tu existencia
Tan brillante como el sol…

JUAN de BARRO
Artiguense
(22- IX- 1.995)

Comedia de Los Sordos

LOS SORDOS
Ejercicio Cómico Anónimo

PERSONAJES
El Pasajero
El Chacarero
La Patrona
La Sordita

EL PASAJERO:(APARECIENDO A ESPALDAS DEL CHACARERO) ¡Eh, buen hombre!... ¡Buen hombre! (COMO EL CHACARERO NO LE ATIENDE) ¡Ni que fuera sordo como yo! (LE TOCA UN HOMBRO) ¡Oiga!

EL CHACARERO:¡Hola! ¿Qué tal? ¿Qué desea?

EL PASAJERO: Usted, que ha de conocer estos pagos...

EL CHACARERO: Sí, señor, Rudecindo Lagos, para servirle.

EL PASAJERO: Hágame el favor de hablar más alto, porque soy bastante sordo.

EL CHACARERO: ¡Si no grita más no podré entenderle porque soy un poco torpe de oído!

EL PASAJERO: ¿Podría indicarme dónde queda la estancia "Los Leones"?

EL CHACARERO: ¡Claro que tienen fragancia mis melones! Es que son muy buenos; le haré traer  algunos para que los pruebe.

EL PASAJERO: ¿Nueve? ¿Nueve qué? ¿Nueve leguas? ¿Tanto? ¡No puede ser!

EL CHACARERO:(POR LA PATRONA QUE APARECE EN ESTE MOMENTO EN LA PUERTA DEL RANCHO) Sí, ésa es mi mujer. (A LA PATRONA). Oye, tráele a este hombre una docena de melones, para que elija algunos.

LA PATRONA: ¡Ahá, muy bien! ¿Así que este caballero quiere tener relaciones con nuestra hija? Tanto gusto, señor. En seguida se la presentaremos. (GRITANDO HACIA EL INTERIOR DE LA CASA). ¡Mariquita!... ¡Mariquita!... Esa chica es más sorda que yo, todavía... Un momentito, siéntese... (SE INTRODUCE EN LA CASA).

EL PASAJERO: ¿De modo que usted dice que la estancia "Los Leones" queda a nueve leguas de aquí?

EL CHACARERO: Sí, señor; se lo he dicho y se lo repito. La fragancia de mis melones es exquisita...
(APARECE LA PATRONA CON LA SORDITA)

LA PATRONA: No grites, hombre; aquí está Mariquita. (A SU HIJA) Bueno, hija, aquí tienes a tu pretendiente...

LA SORDITA: ¡Ay, mama! ¿Cuántas veces quiere que le diga que no me duelen los dientes ni nada?

LA PATRONA: ¿Que no tiene nada? ¿Y tú qué sabes? A lo mejor resulta que es rentista.

LA SORDITA: ¡Mamá, por favor! ¿Para qué quiero un dentista si yo no tengo enferma la boca?

LA PATRONA: Ya sabes que tu madre pocas veces se equivoca: ha de ser rentista nomás.

EL CHACARERO: ¿Y los melones, mujer?

LA PATRONA: Es lo que yo le digo, ¿por qué te pones así, hija?

EL CHACARERO: Pero, si no le traes ninguno, ¿cómo quieres que elija?
LA PATRONA: Es que tú ya sabes cómo es esta niña; ella quiere salir siempre con la suya. (AL PASAJERO). Esta es mi hija, se llama Mariquita.

EL PASAJERO: ¿Cómo cerquita, si su esposo me ha dicho que faltan nueve leguas?

LA PATRONA:(AL CHACARERO) ¿Qué dice este hombre de las yeguas?

EL PASAJERO: Sí, y como ya quedan pocas horas de luz.

LA SORDITA: No, todavía no soy señora.

EL PASAJERO: No sé ni siquiera si es bueno el camino.

LA SORDITA: ¡Ah, yo no pretendo que usted sea adivino; me he limitado a hacerle saber que a la fecha sigo soltera!...

EL PASAJERO: ¡Ah!, ya entiendo: ¿llegando a la tranquera, sigo hacia la derecha? ¿Y de ahí, a "Los Leones"?

EL CHACARERO: ¡Ah, como buenos, le aseguro que son buenos! Y puedo mandarle todos los que quiera...

EL PASAJERO: Sí, ya me dijo la señorita: de la tranquera a la derecha.

LA PATRONA: Yo no digo que usted no la quiera a la chica, pero convendría que fijara fecha...

EL PASAJERO:(DESAPARECIENDO) Hasta otra vez, y perdonen la molestia.

LA PATRONA: ¡Oiga, oiga! ¡Más bestia será usted, atrevido!

EL CHACARERO: ¿Qué? ¡Tiene razón!, ¿o iba a esperar hasta mañana a que le trajeras los melones?

LA PATRONA: No y no. Jamás consentiré que nuestra hija tenga relaciones con semejante gente.

LA SORDITA: Déjelo que se vaya; total aquí a nadie le duelen los dientes...

EL CHACARERO: No es que te lo reproche, pero hubiera comprado tres o cuatro...

LA SORDITA: ¡Ay, qué bueno eres, papá! ¿Oyes, mamá? Dice que esta noche nos llevará al teatro a ver las comedias.

LA PATRONA: ¡Cierto!, ya me había olvidado de que tenía que zurcirle las medias. ¿Sabes dónde he dejado la lana azul?

LA SORDITA: ¡No me digas! ¿La comedia de Barba Azul? ¡Qué bonito título! ¡Ay, qué contenta estoy madre mía!

LA PATRONA: Es lo que le digo siempre a tu padre; ¡que Dios nos conserve esta armonía!, porque el día que no nos entendamos, esta casa será un infierno...

TELON